Oct 30, 2005

Palabras ocultas


Estoy leyendo La Misteriosa llama de la reina Loana y antes de que el protagonista se encuentre con una persona amiga, recuerdo haber soñado una vez ésta pequeña historia.

Estoy en un hospital y parece que he tenido una importante pérdida de memoria. No sé muy bien por qué. Recuerdo muchas cosas, pero no reconozco a las personas con las que vivo: familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, etc. Me voy recuperando y voy conociendo día a día a las personas más cercanas y mañana está previsto que vengan mis dos hijas.

Paso la tarde leyendo periódicos y revistas y poco antes de la hora de la cena oigo que alguien se acerca a la salita de estar donde paso la tarde junto a tres o cuatro personas más, Varias personas doblan la esquina del pasillo y entran en la estancia; puede que vengan a ver a cualquiera de los pacientes de las habitaciones próximas. Sin que medie ninguna palabra, sin ningún gesto especial cuatro personas se aproximan a nosotros. Noto una sacudida interior, noto frío, me estremezco y sé que una de mis hijas está a pocos pasos. La emoción, el sentimiento, la alegría encoge mi cuerpo y mis ojos buscan otros ojos. Dos sonrisas sustituyen durante unos instantes las palabras ocultas.

¿No tenías el viaje para mañana?

2 comments:

Ana said...

que papi guapo!! cada vez que leo un cuentecito tuyo me emociono, es como si nos dieras un poquito de ti en pequeñas dosis, de esas que nos intrigan y nos hacen estar ahi...pendientes....te quiero!

kArLiTa said...

pues me parece genial el final, no he perdido la memoria pero si lo hiciera creo que no habría mejor respuesta o pregunta para disimular el momento incómodo más que con una sonrisa =) es el mejor lenguaje. Saludos.