Sep 30, 2005

Mensaje en el espejo

Hace unos meses en clase de lenguaje, traté de motivar a un grupo de chicos y chicas de unos 11 años para que hicieran textos sencillos. Era un día más de clase y proponía un ejercicio más. Para motivarles les conté, lo iba inventando sobre la marcha, que esa misma mañana, al ducharme, concretamente al salir de la ducha vi que el espejo estaba empañado de haber usado el agua caliente y en él estaba escrito un mensaje de dos palabras.

Les conté que nadie podía haber entrado en el baño pues ese día estaba solo en casa y esperé a que alguien dijera lo que suponía dirían: qué estaba escrito, qué palabras podían leerse.

Le eché un poco de teatro y les dije que lo sentía, pero que no podía decirles qué se podía leer. Protestaron un rato, dijeron muchas cosas y supuse que mi historia habría servido para animarlos a escribir algo a continuación.

De eso ha pasado medio año y hoy ha sucedido realmente.

Sin embargo hoy no he tenido clase con alumnos, no he tenido que usar la historia como recurso y tan sólo tengo este diario para expresar el desconcierto y el asombro, mientras pienso a quién podría contarle lo que ha pasado sin transmitirle miedo o sospechas varias. He reaccionado con frialdad, no he sentido, no siento ningún temor y tan sólo he tratado de encontrarle una explicación a lo largo de la mañana. La explicación, bueno parte de ella, ha llegado hace unos minutos cuando una persona muy cercana en afectos y lejana en la distancia me ha llamado por teléfono y me ha contado una historia parecida que le había sucedido esta noche En sueños aparezco y tan sólo le llegan tres o cuatro palabras: las que he leído en un húmedo y tibio espejo de mi cuarto de baño.

Sep 25, 2005

El semáforo

En Barcelona existe un semáforo que tienen una duración excepcional,tarda muchísimo en cambiar de color. Sin embargo mi vivencia respecto de él es otra.

Además de que dura mucho rato, he vivido en varias ocasiones que en el tiempo que estás parado, siempre hay alguien que está contando una historia, que la oyes ya empezada, que llegas a enterte de lo que se cuenta y que también conoces el final antes de que la gente cruce la calzada.

Se produce un hecho curioso porque las personas que van llegando, al cabo de un momento prestan atención a quien está contando algo, escuchan, se interesan y siguen su marcha con una expresión en el rostro; una sonrisa, un gesto de contrariedad, o unos ojos brillantes.

Hoy he soñado con ese semáforo.

Sep 22, 2005

El diario

Son muchos años de comprar todos los días el diario, casi siempre en el mismo sitio. Un señor mayor, Pedro, ha estado hace poco llevando su tienda de chucherías, prensa, etc. El trajín de una mañana supuso que iba a cerrar en dos o tres días y que a partir de ese momento, otra tienda, una perfumería iba a tener la prensa.

Han pasado quince días, voy al nuevo lugar, y en alguna ocasión he visto a Pedro saliendo de la tienda con un periódico en la mano, su caminar cansado, cojeando un poco y un rostro amable pero algo serio.

Esta mañana, hace unos horas, entro a por el periódico, llego al fondo de la tienda y al agacharme a por él, oigo una voz:

¿ Quiere el libro ?

Junto a la dueña de la perfumería, estaba Pedro echando una mano, separaba paquetes como había hecho durante muchos años y por un momento, vi el rostro de una persona cansada, estropeada, pero un brillo en los ojos y un tono de voz delataban un momento alegre, feliz, ilusionado.

Me ha gustado haber presenciado ese momento, me he sentido bien y me he acordado de un texto, una idea repetida hace años: ser feliz es ser un momento feliz.

Sep 18, 2005

Sin brazos

Era de noche todavía y el tren llegaba con su habitual cansancio. Resoplaba cada vez con más lentitud y el aire se iba llenando poco a poco del olor a carbonilla que iba dejando la vieja locomotora

La carta decía que llegaba en el expreso de las 4:15. Apenas una docena de viajeros, un mozo de cuerda, el jefe de estación y la pareja de carabineros ocupaban el andén de los trenes procedentes de la línea del norte.Hacía año y medio que Mario había partido de esa misma estación en compañía de otros brigadistas para unirse a las tropas que irían al frente de Aragón. En los dos últimos meses apenas un par de veces había recibido Luisa noticias de él y del accidente. Tan sólo sabía que las heridas no habían sido mortales, que naturalmente no podría volver al frente y que tras la hospitalización en Madrid, volver a Albacete era el fin de un periodo de sufrimiento, de angustia, de miedo a perder a la persona amada.

Luisa vio a lo lejos que una enfermera del Socorro Rojo ayudaba a bajar a un grupo de soldados del vagón que indicaba su condición de hospital de campaña. Dirigió hacia ellos su carrera, su respiración agitada, sus deseos de ver a su novio.Cuando por fin Mario bajó el último peldaño ayudado de la enfermera, notó cómo Luisa se le echaba encima, abrió los brazos, la abrazó, la besó y rodeó el cuerpo pequeño,disminuído,frágil que se agitaba ante él.

Luisa suplía la falta de ambos brazos con la fuerza del resto de su cuerpo, con la fuerza y la lucha que ponía en todo. Los dos se separaron a un lado y besándose entraron en un cuartito de señales, farolas, herramientas.

Mario abrigó a su novia, recogió el pañuelo que había caído al suelo y salieron al andén vacío.

Desde la estación se veían los campos de cereal apenas iluminados por la luz del nuevo día. Mario pasó su brazo por los hombros de ella, juntas las cabezas iban en silencio y cada uno pensaba qué sería de ellos a partir de ahora.

Sep 9, 2005

Cuentos de la realidad cercana

Este cuaderno trata de ser un cuaderno más en un soporte nuevo. Aquí aparecerán los cuentos publicables, pero hoy voy a poner tan sólo una pequeña noticia. Hace tan solo unos momentos he descargado el navegador Mozilla Firefox y va muy bien para editar estas entradas en Blogger.