Oct 30, 2005

Palabras ocultas


Estoy leyendo La Misteriosa llama de la reina Loana y antes de que el protagonista se encuentre con una persona amiga, recuerdo haber soñado una vez ésta pequeña historia.

Estoy en un hospital y parece que he tenido una importante pérdida de memoria. No sé muy bien por qué. Recuerdo muchas cosas, pero no reconozco a las personas con las que vivo: familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, etc. Me voy recuperando y voy conociendo día a día a las personas más cercanas y mañana está previsto que vengan mis dos hijas.

Paso la tarde leyendo periódicos y revistas y poco antes de la hora de la cena oigo que alguien se acerca a la salita de estar donde paso la tarde junto a tres o cuatro personas más, Varias personas doblan la esquina del pasillo y entran en la estancia; puede que vengan a ver a cualquiera de los pacientes de las habitaciones próximas. Sin que medie ninguna palabra, sin ningún gesto especial cuatro personas se aproximan a nosotros. Noto una sacudida interior, noto frío, me estremezco y sé que una de mis hijas está a pocos pasos. La emoción, el sentimiento, la alegría encoge mi cuerpo y mis ojos buscan otros ojos. Dos sonrisas sustituyen durante unos instantes las palabras ocultas.

¿No tenías el viaje para mañana?

Oct 23, 2005

Cuentos en la espera

Hoy he ido a una oficina de la seguridad social para hacer una gestión, he cogido número y en la sala de espera he buscado asiento.Unas butacas unidas entre sí formando una fila. En un hueco me siento.

Estoy ahora mismo escribiendo porque he podido observar que aquí, igual que en un semáforo de Barcelona, también se oyen historias y quiero escribir algo para acordarme más tarde.He comenzado a prestar atención a un señor que de pie hablaba algo fuerte con dos señoras que estaban sentadas, cuando he sido consciente de que la mano me temblaba y la letra era aún más irregular de lo normal; me costaba escribir estas líneas al dorso de un papelito de esos que devuelven los cajeros automáticos. ¿El temblor?Venía de mi vecino de la izquierda, un chico corpulento, fuerte olor a tabaco y tic nervioso en alguna de sus piernas, de tal forma que toda la fila temblequeaba.

Al principio me molestaba y no podía escribir; luego he optado por semi cerrar los ojos, relajarme y he notado cierta sensación agradable en ese baile de San Vito de desconocido usuario de la seguridad social.Cada vez me iba encontrando mejor, iba cerrando los ojos progresivamente, iba sonriendo de menos a más, y casi me duermo durante unos instantes.

Me ha despertado el "mokk" del nuevo número en el panel y he mirado a mi alrededor, algo desorientado.Tal vez buscaba a la Mire que temblequear en el cine es su especialidad. La Mire.

Oct 1, 2005

La higuera

Realmente este texto es el colmo de la sencillez. Con muy pocas palabras está dicho lo que quiere decir.

Hace años, cuando los mayores, los pequeños, vamos en coche por la carretera que accede a Alicante por la costa, el olor de una higuera salvaje que crece al borde del asfalto, nos llama y solemos bajar la ventanilla.

Sin embargo tal vez sea algo más. Se ha convertido en un pequeño disfrute compartido y varias personas hemos coincidido en darle cierto valor a ese olor dulzón, cálido y sugestivo que llega sobre todo en los meses de julio, agosto, septiembre.Es un buen olor asociado al calor, al mar, a las vacaciones, a los años que van quedando atrás, a los buenos recuerdos, también al presente.

Antes si conducía una sola persona no podía bajar la ventanilla del acompañante y ahora con los elevalunas eléctricos, sí es posible y así llega el olor con más intensidad.

La tecnología y la sensación agradable han quedado unidas por la sonrisa de uno o varios cómplices.







(la foto es de "la higuera", éste blog no admite olores... por ahora)